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LA OSCURA PROFECÍA DE KOONTZ

Hace 40 años un escritor estadounidense llamado Dean Koontz imaginó una pandemia global a causa de un virus que llamó Wuhan-400 desarrollado en unos laboratorios de China. Situó la historia en el año 2020 y tituló la novela ‘Los ojos en la oscuridad’ (The eyes of darkness), publicada en el 1981.

En estos tiempos de inquietud y miedo por la pandemia mundial que actualmente afecta a toda la población de todos los continentes y que nos mantiene en un confinamiento tanto físico y mental, ha abierto varias dudas sobre su origen. Por eso, ha resurgido la teoría de una supuesta predicción del virus durante los años 80.

Koontz era una especie de revisionista con humor de las historias de Stephen King. En 1981 publicó “Los ojos en la oscuridad”, respuesta a la novela de King “Apocalipsis”, en la que un virus mortal ponía en peligro a la población mundial. Koontz inventó la historia de una madre que pierde a su hijo, pero pronto es acosada por señales que le aseguran que sigue con vida y necesita su ayuda.

Dentro de esta historia, Koontz imaginó un perverso centro gubernamental en la ciudad de Gorki, en la Unión Soviética, donde fabricaban una terrible arma biológica, el Gorki-400, un virus, “mucho más mortal que el ébola”, que mataba al 100 por 100 de los infectados en menos de 24 horas después del contagio. En aquel momento, los rusos eran la amenaza del capitalismo occidental y eran siempre los malos de las novelas de género. Sin embargo, en 1989, con la caída del muro de Berlín y el desmantelamiento de la Unión Soviética, los editores de Koontz le dijeron que reeditarían la novela, pero que sería mejor quitar referencias de la Guerra Fría, que era un tema del pasado, y que era mejor situar al “enemigo” en otra superpotencia que pudiera ser vista como terrible. Así que Koontz y sus editores pensaron en China, ahora epicentro mundial del comunismo, siempre el gran enemigo de los capitalistas norteamericanos, los principales lectores de Koontz. De ahí que situaran allí el complejo biotecnológico donde se crearía el virus. Por tanto, el “Gorki-400” pasó a ser el “Wuhan-400”.

En tal historia se menciona al Wuhan-400, ya que según los científicos está diseñado a partir de una cepa de más de 400 microorganismos creados de manera artificial, por lo que en la ficción, lo llaman “el arma perfecta” porque infecta solo a humanos y no puede subsistir fuera del cuerpo ni en ambientes fríos por debajo de los 30 grados.

 “Es un pequeño thriller modesto. Fue mi primer intento de escribir una mezcla de géneros con acción, suspense, romanticismo y un toque paranormal. No tiene la intensidad, ni el humor, ni la profundidad de personajes, la complejidad de la trama o el ritmo de mis novelas posteriores, pero a la gente le encanta”, afirma sincero Koontz de esta novela, que al principio firmó con el pseudónimo Leigh Nichols.ç

¿Será real esta predicción?

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